Habían pasado varios años desde entonces. Aquel sentimiento había dejado una huella de vacío y nostalgia. Volvía como una desconocida a la que ya nada le importaba,no se paraba en comprender el por qué de las cosas. Olvidó lo ocurrido. Sin embargo, él se paró en seco y se quitó los auriculares para preguntarle:
-¿Qué haces aquí? -preguntó con un gesto que advertía que estaba incómodo por su presencia-.Te vi marchar sin dar explicaciones.
-Perdona, ¿te conozco? -su sonrisa hiriente resplandecía-. Creo que te has confundido de persona.
Aunque él estaba extrañado por la negativa, estaba seguro de que era ela. Mostró el rostro confuso, y seguidamente sacó el móvil del bolsillo para llamarle y comprobarlo:
-¿Qué haces? -dijo la chica pensando que estaba loco. Ningún móvil cercano sonó.
-No es nada, creía que eras una persona que conocía -afirmó él con gran decepción.
Ella reanudó su camino aunque vaciló un instante: -Ahora sólo somos el recuerdo de un cuento inacabado -afirmó sin volver la vista atrás y avandonó el andén.