Hay pocas personas que puedan comprender el aislamiento pasajero de un creador, sólo él valora la importancia de este hecho. Cualquiera que dedique tiempo a crear algo necesita escuchar su voz interior, su subconsciente. No se trata de abandonar las relaciones, pues un retiro permanente es poco aconsejable. Algunos se centran tanto en su trabajo que olvidan cuidar las amistades, como si fueran un complemento fácil de reemplazar. Este camino recuerda a una tendencia en la actualidad: la infravaloración de la amistad y la exaltación del ego. Si nosotros “somos arquitectos de nuestro propio destino”, intentemos transmitir que al igual que la soledad es necesaria para enriquecernos espiritualmente, la compañía es fundamental para aumentar nuestros conocimientos y nuestros valores.

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