-Popu, hoy he visto a mis amigos de nuevo y, ¿sabes qué fue lo más increíble? Pues yo hice bromas pintorreándoles sus dibujos, y les pinté las manos con rotuladores de colores. Me reí mucho. Te gustaría algún día jugar con ellos -José miró  a su oso de peluche, lo cogió entre sus manitas y lo achuchó con su pecho.
-Te quiero mucho, Popu. Siempre escuchas todo lo que me pasa. Eres tan suave y bueno.
​   Colocó el peluche sobre su almohada junto a su cara, y después se acurrucó deseándole buenas noches a su peludo amigo.

​   Popu nunca se sentirá solo, siempre tendrá un fiel amigo que sabe que él no puede hablar; pero aún así, le escucha.

Comentarios

Aún no hay comentarios. ¿Por qué no comienzas el debate?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *